
Si queremos progresar en la vida espiritual, en los estudios, en el trabajo, en el deporte o en cualquier etapa de la vida necesariamente debemos actuar por prioridades, laborar nuestra vida diaria con jerarquización de hechos, de ideas, de todo. Y que de primero en esa lista de prioridades esté Dios.
El primero de los mandamientos dice: “Amarás a tu Dios sobre todas las cosas”.
El quedar desempleado por cumplir con Dios es un mal menor a cometer el pecado. Pidamos al buen Dios un mejor trabajo y Él de seguro que nos lo premiará
No caigan en el error de que, debido al bajo sueldo que se percibe se escamotee parte de la mercancía de algún cliente o se robe al cliente parte de su vuelto o del dinero que le queda por la compra realizada.
Recordemos que el mandamiento de “No robar” no especifica cantidad. No creamos que porque agarramos una cantidad pequeña eso no es robar. “Es que esa cantidad ni enriquece ni empobrece” me dijo uno, “Es que yo gano poco” me dijo otro y un tercero me dijo: “Es que yo tengo hijos”.
El que falla en lo poco falla en lo mucho. El cliente es el que menos tiene la culpa de que un empleado sea mal pagado.
Conservemos nuestra moral, nuestros principios éticos. Ponte prioridades y que tu primera prioridad sea Cristo.
Recordemos que el mandamiento de “No robar” no especifica cantidad. No creamos que porque agarramos una cantidad pequeña eso no es robar. “Es que esa cantidad ni enriquece ni empobrece” me dijo uno, “Es que yo gano poco” me dijo otro y un tercero me dijo: “Es que yo tengo hijos”.
El que falla en lo poco falla en lo mucho. El cliente es el que menos tiene la culpa de que un empleado sea mal pagado.
Conservemos nuestra moral, nuestros principios éticos. Ponte prioridades y que tu primera prioridad sea Cristo.